Por Enguerrand Artaz
La tasa de desempleo general bajó ligeramente en agosto, del 4,3% al 4,2%. Pero esto se debió únicamente a la desaparición del desempleo temporal en julio como consecuencia de las condiciones meteorológicas (que habían sido en gran parte responsables del fuerte aumento de la tasa de desempleo global en julio).
Por otra parte, la tasa de desempleo excluyendo los despidos temporales, que es históricamente menos volátil, sigue aumentando, alcanzando el 3,7% (frente al 3,6% en julio), su nivel más alto desde agosto de 2017.
La tasa de subempleo también aumenta, hasta el 7,9%, mientras que la composición del mercado laboral entre empleos a tiempo completo y a tiempo parcial sigue deteriorándose.
Las cifras de las NFP también están por debajo de las expectativas, las cifras de los dos últimos meses se han revisado fuertemente a la baja, y el número de subsectores que crean empleo sigue cayendo…
En resumen, este informe confirma que aún no hemos llegado al punto en que el mercado laboral estadounidense pueda/deba resquebrajarse, como habían empezado a temer los mercados tras el dato de julio, pero no cabe duda de que el riesgo sigue aumentando.
El tiempo apremia, pero el empleo estadounidense seguirá siendo -y con razón- el principal motivo de preocupación en los próximos meses.