Por Auris Gestion
Esperado desde hace más de un año, el banco central estadounidense ha decidido ahora oficialmente pivotar su política monetaria hacia un ciclo menos restrictivo. Aunque estaba claro desde finales de agosto, cuando Jerome Powell habló en el simposio de Jackson Hole, que la Fed actuaría en la reunión de septiembre del FOMC, el alcance del recorte de tipos seguía siendo incierto. Hasta el final, el resultado seguía siendo impredecible, con previsiones que oscilaban entre un recorte de 25 pb y otro de 50 pb. Como mencionamos en nuestras últimas publicaciones, aunque la Reserva Federal de EEUU tenía básicamente suficiente margen de maniobra para iniciar sus recortes de tipos con un recorte jumbo de 50 pb, existía sin embargo el riesgo de que la Fed diera la impresión de reaccionar de forma exagerada ante la desaceleración económica. Evidentemente, no fue así, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se mostró tranquilizador en la conferencia de prensa.
En detalle, a pesar de las precauciones habituales, los miembros del FOMC parecen considerar la inflación cada vez menos como un problema. De hecho, se han revisado a la baja las previsiones tanto de la inflación general como de la subyacente para este año y el próximo. En cuanto a la inflación subyacente, en la que sigue influyendo principalmente el componente de los alquileres, Jerome Powell cree que la tendencia a la baja va a continuar. De forma un tanto contraintuitiva, el recorte de los tipos directores podría incluso acentuar la tendencia. El mercado inmobiliario sigue completamente congelado a tipos altos, mientras que la mayoría de los hogares estadounidenses han suscrito hipotecas a tipo fijo mucho más bajas. Por tanto, la acción de la Fed podría contribuir a devolver un poco de fluidez a este mercado.
Como la inflación ya no es un problema, el FOMC puede centrarse en la segunda parte de su mandato: el mercado laboral. Aunque ha repetido que la economía estadounidense es sólida, Jerome Powell no quiere correr riesgos y, por tanto, considera este “recorte jumbo” de los tipos como un “seguro” y “una señal del compromiso” de la Fed para garantizar un crecimiento sólido, sobre todo porque el mercado laboral ya no es una fuente de inflación.
¿Y ahora qué? Jerome Powell parece haber logrado lo improbable: la inflación está volviendo a su objetivo, se espera que el crecimiento para los próximos dos años sea del 2% (es decir, próximo al crecimiento potencial) y los gráficos de puntos prevén un retorno a un tipo neutral para 2026. Las expectativas de los inversores no están lejos de estos niveles, y el escenario de aterrizaje suave está tan consensuado que los mercados reaccionaron relativamente poco a la bajada de tipos. Así que todo va bien en el mejor de los mundos posibles. En este escenario, los tipos largos nos parecen relativamente bien tasados y seguimos esperando un ajuste en el extremo corto de la curva para restablecer parte de la curva de rendimientos. En cuanto a la renta variable, mientras los 7 Magníficos presionan artificialmente al alza las valoraciones, el regreso de la Fed Put debería permitir al resto del mercado ponerse al día.