Por Auris Gestion
Desde el episodio de volatilidad de principios de agosto, el mercado parece (por fin) haber despertado al hecho de que la economía estadounidense se está ralentizando. Sin embargo, como desgraciadamente suele ocurrir, el sentimiento del mercado ha pasado de un extremo al otro: de un aterrizaje suave, o incluso de un no aterrizaje, para la economía estadounidense, los inversores se centran ahora en un aterrizaje mucho más duro para el crecimiento. Aunque en nuestros comunicados hemos puesto regularmente de relieve la opinión excesivamente consensuada de un aterrizaje suave, en particular señalando los primeros indicios de desaceleración, no cedemos a los temores exacerbados sobre el crecimiento estadounidense. Al contrario, creemos que las últimas cifras macroeconómicas confirman la desaceleración gradual sin ponerla fundamentalmente en cuestión. No obstante, observamos que el “ las malas noticias son buenas noticias ” que ha prevalecido en los últimos meses ha llegado a su fin. Las malas noticias macroeconómicas se interpretan ahora como tales, y ya no como un factor positivo para hacer bajar la inflación.
Las fluctuaciones observadas en los mercados financieros tras la publicación del informe de empleo de agosto ilustraron las dudas de los inversores sobre la interpretación de estas cifras y las consecuencias para la futura política monetaria de la Reserva Federal de cara a su reunión de la semana que viene. Aunque parece haberse acordado un recorte de 25 puntos básicos en los tipos de interés (el primero desde que se alcanzó la meseta hace más de un año), ¿es posible que los últimos datos económicos permitan a la Fed realizar un recorte de 50 puntos básicos? Aunque la Fed dispone de un amplio margen de maniobra, que le permitiría realizar fácilmente tal recorte, la percepción de los mercados de un ” recorte jumbo ” aún no está clara. “Por otro lado, podría ser negativo, reflejando la imagen de un banco central retrasado en su ciclo monetario y preocupado por la situación económica.
En nuestra opinión, los últimos datos sobre el empleo no son tan malos como para justificar una reacción exagerada de la Reserva Federal, aunque confirmen la desaceleración del mercado laboral. De hecho, la creación de empleo se situó por debajo de las expectativas, con una nueva revisión a la baja en los dos últimos meses. No obstante, los datos de creación de empleo mostraron un ligero repunte respecto a junio y julio, con un aumento de los salarios mayor de lo esperado, lo que demuestra que, aunque el mercado laboral se está debilitando, aún está bastante lejos de romperse. Las declaraciones realizadas antes del apagón por Christopher Waller, gobernador de la Reserva Federal de EEUU, y John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, no parecen enviar señales claras sobre un doble recorte de los tipos de interés oficiales.
Pero antes de la Fed, el BCE celebrará esta semana su reunión de política monetaria. También en este caso, hay pocas dudas de que se relajarán los tipos, pero esperamos que el BCE sea un poco más comunicativo sobre la ulterior relajación de su política monetaria.