La Fed empieza a recortar su tipo de interés básico para apoyar la economía

El miércoles, la Reserva Federal estadounidense anunció un recorte de medio punto de su principal tipo de interés oficial, hasta el 4,4%. Esta decisión histórica marca un punto de inflexión en la política monetaria estadounidense, con el objetivo de frenar los riesgos de un rápido deterioro del mercado laboral y garantizar el retorno a una inflación controlada.

En un comunicado emitido tras su reunión, la Fed subrayó que “se ha reforzado la confianza del Comité en un retorno sostenible a una inflación del 2%”, al tiempo que reafirmaba su compromiso con el pleno empleo y la estabilidad de precios. Esta elección estratégica se produce en un momento en que se multiplican las señales de desaceleración económica, lo que ha llevado al banco central a optar por un enfoque más agresivo de lo esperado.

Una reducción significativa para evitar una crisis

Este recorte de medio punto en el tipo clave supera las expectativas iniciales de los observadores económicos, que esperaban más bien un ajuste gradual. Sin embargo, ante la creciente preocupación por el mercado de trabajo, la Fed consideró necesario actuar enérgicamente para evitar una posible crisis. Según las proyecciones desveladas el miércoles, los funcionarios de la Reserva Federal siguen divididos sobre el alcance de los ajustes que se avecinan. Algunos prevén uno o dos recortes más de un cuarto de punto de aquí a finales de año, mientras que otros consideran que el movimiento iniciado hoy será suficiente para estabilizar la economía.

Está previsto que la normalización de los tipos de interés oficiales continúe el año que viene, con un nuevo recorte hasta situarse en torno al 3,4% a finales de 2025. El objetivo de esta estrategia es apoyar la desinflación gradual, protegiendo al mismo tiempo el crecimiento económico.

Inflación bajo control, pero persisten los retos

En cuanto a la inflación, la Reserva Federal espera ahora una subida del 2,6% en 2023, frente a una previsión del 2,8% el pasado mes de junio. Esta tendencia ligeramente más favorable refleja la eficacia de las medidas adoptadas hasta ahora. Sin embargo, todavía se espera una vuelta al objetivo del 2% a más largo plazo, probablemente para 2026, según las previsiones.

En cuanto al empleo, la situación es más variada. Se prevé que la tasa de desempleo, que se ha estabilizado recientemente, aumente hasta el 4,4% a finales del próximo año, frente al 4% previsto en estimaciones anteriores. Esta cifra subraya la persistencia de las tensiones en el mercado laboral, a pesar de los esfuerzos de la Reserva Federal por evitar que el desempleo aumente demasiado.

Un delicado equilibrio entre inflación y crecimiento

Con esta decisión, la Reserva Federal demuestra su deseo de mantener un delicado equilibrio entre la lucha contra la inflación y el apoyo al empleo. Actuando de forma preventiva, espera evitar una recesión al tiempo que preserva los avances en el crecimiento de los últimos meses. Pero aún quedan muchos retos por delante: la desinflación, aunque en marcha, podría resultar más lenta de lo esperado, y la resistencia de la economía ante estos ajustes monetarios será decisiva.

De momento, los mercados financieros reciben este anuncio con cautela. Aunque el recorte del tipo de interés oficial ofrece un alivio inmediato a los inversores, persiste la incertidumbre sobre futuros ajustes y sobre la capacidad de la Reserva Federal para evitar una desaceleración económica prolongada.

Por tanto, la reunión de diciembre se esperará con impaciencia, ya que podría aclarar la magnitud y la dirección de los próximos ajustes de la política monetaria. La Fed, por su parte, prosigue su misión de guiar a la economía estadounidense por una senda de estabilidad y crecimiento sostenible.