El desapalancamiento es el proceso por el que una empresa, un hogar, un sector o la economía en su conjunto reducen su nivel de endeudamiento. El proceso implica reducir la proporción de deuda respecto a los activos o los ingresos, a menudo mediante el reembolso de préstamos o la venta de activos para generar efectivo. El desapalancamiento suele producirse tras un periodo de endeudamiento excesivo o cuando cambian las condiciones económicas, haciendo que la gestión de la deuda sea más arriesgada o costosa.
¿Por qué es importante el desapalancamiento?
El desapalancamiento es esencial para restablecer la estabilidad financiera, ya que unos niveles elevados de deuda pueden provocar vulnerabilidad económica, sobre todo si suben los tipos de interés o se ralentiza el crecimiento. Un endeudamiento excesivo puede mermar la capacidad de una entidad para pagar sus deudas, aumentando el riesgo de impago o quiebra.
He aquí algunas razones por las que el desapalancamiento es una estrategia clave:
- Reducir los riesgos financieros: Cuando las deudas se hacen demasiado grandes, exponen a una entidad a mayores riesgos financieros. El desapalancamiento reduce estos riesgos al aligerar las obligaciones de reembolso, lo que puede estabilizar los flujos de caja y mejorar la salud financiera.
- Fortalecimiento de la estabilidad económica: A escala de toda la economía, el desapalancamiento generalizado puede evitar las crisis financieras. Tras la crisis de 2008, por ejemplo, muchas empresas y bancos tuvieron que reducir sus niveles de deuda para evitar un colapso económico prolongado.
- Mejora de la calificación crediticia: Una empresa o un país que se esté desapalancando puede ver mejorada su solvencia y su calificación crediticia, reduciendo los costes de los préstamos en el futuro.
Los mecanismos del desapalancamiento
El desapalancamiento puede conseguirse de varias maneras:
- Amortización de la deuda: El método más habitual es amortizar la deuda existente mediante los beneficios generados, el exceso de flujo de caja o la venta de activos. Esto reduce directamente el nivel de deuda en relación con los activos.
- Recortar gastos: Las empresas, los hogares o los gobiernos pueden recortar gastos para liberar efectivo extra con el que pagar la deuda más rápidamente.
- Renegociación o reestructuración de la deuda: En algunos casos, las entidades pueden renegociar las condiciones de sus préstamos, ampliando el plazo de amortización o reduciendo los tipos de interés, reduciendo así la carga de la deuda sin tener que devolver inmediatamente el capital prestado.
- Ampliación de capital: Las empresas pueden emitir nuevas acciones o buscar inversores para conseguir fondos con los que reembolsar la deuda, reduciendo así su apalancamiento.
El desapalancamiento a escala macroeconómica
El desapalancamiento también puede producirse a gran escala, afectando a toda una economía o sector. Este fenómeno suele producirse tras una crisis financiera o un periodo de endeudamiento excesivo. Por ejemplo, tras la crisis financiera mundial de 2008, muchas empresas, instituciones financieras y hogares iniciaron un proceso de desapalancamiento para restablecer su salud financiera.
Sin embargo, el desapalancamiento a gran escala puede tener efectos macroeconómicos negativos a corto plazo, como :
- Crecimiento económico más lento: Cuando muchos agentes económicos reducen simultáneamente su deuda, limitan su gasto e inversión, lo que puede ralentizar el crecimiento. Esto puede conducir a un periodo de estancamiento o recesión, a menudo denominado “recesión de la deuda”.
- Deflación: El desapalancamiento generalizado puede provocar una caída de la demanda, ejerciendo una presión deflacionista sobre los precios de los activos y los bienes de consumo. Esta caída de la demanda puede exacerbar las dificultades económicas.
- Círculo vicioso de reducción de la deuda: Si las empresas y los hogares venden activos para reducir sus deudas, la caída de los precios de los activos puede provocar nuevas pérdidas, obligando a otras entidades a vender, y así sucesivamente, en un efecto dominó.
Ejemplo histórico: la crisis financiera de 2008
Un ejemplo clásico de desapalancamiento es la crisis financiera de 2008. Antes de la crisis, los bancos, las empresas y los hogares se habían endeudado excesivamente, sobre todo en el sector inmobiliario. Cuando estalló la burbuja inmobiliaria y llegó la crisis crediticia, muchos agentes económicos se vieron obligados a desapalancarse rápidamente.
Los bancos tuvieron que vender activos para reforzar sus balances, las empresas redujeron la inversión y los hogares frenaron su gasto para pagar sus hipotecas. Esto provocó una prolongada desaceleración económica mundial, ya que el desapalancamiento tuvo un efecto deflacionista y redujo la demanda en la economía.
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