MiFID II

« Back to Glossary Index

La MiFID II (Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros II) entró en vigor en enero de 2018 en la Unión Europea, marcando un importante paso adelante en la regulación de los mercados financieros. Sucede a la MiFID I, que se introdujo en 2007, y pretende aumentar la transparencia, la protección de los inversores y la estabilidad del sistema financiero europeo. La MiFID II se aplica a los proveedores de servicios de inversión, los gestores de carteras, los bancos y las bolsas de valores, por lo que afecta a una amplia gama de agentes financieros.

Uno de los principales avances de la MiFID II es el refuerzo de los requisitos de transparencia pre-negociación y post-negociación de los productos financieros. Esto significa que ahora los centros de negociación deben publicar información clara sobre los precios de los productos antes de que se negocien, y divulgar los detalles de las operaciones una vez que se hayan completado. El objetivo es dar a los inversores una mejor visibilidad de los mercados y reducir el riesgo de manipulación de los precios.

Al mismo tiempo, la MiFID II introduce normas estrictas para proteger a los inversores minoristas. Los proveedores de servicios financieros deben asegurarse de que los productos que ofrecen se corresponden con el perfil de riesgo y las necesidades de sus clientes. Por tanto, se exige una evaluación detallada de la idoneidad y adecuación de los productos antes de cualquier recomendación o venta. Además, la información facilitada a los clientes debe ser clara, imparcial y no engañosa, un principio destinado a combatir los conflictos de intereses.

La directiva también impone una separación estricta entre la investigación financiera y los servicios de intermediación, con el fin de limitar los posibles conflictos de intereses. Los gestores de activos deben pagar ahora por separado por la investigación, lo que aumenta la transparencia de los costes soportados por los clientes.

La MiFID II también pretende regular los derivados mediante obligaciones de negociación en plataformas reguladas, en un esfuerzo por mejorar la supervisión de las transacciones y limitar los riesgos sistémicos.

A pesar de sus loables objetivos, la MiFID II ha suscitado críticas, sobre todo por su complejidad y el elevado coste que supone su cumplimiento para los agentes del sector financiero. Algunos profesionales creen que la normativa, aunque indispensable, podría penalizar la competitividad de los mercados europeos frente a otras regiones menos reguladas.

« Back to Glossary Index

Más definiciones