El Reglamento sobre productos preempaquetados de inversión minorista y productos de inversión basados en seguros (PRIIP, por sus siglas en inglés), que entró en vigor en enero de 2018, tiene por objeto aumentar la transparencia y la protección de los inversores minoristas en la Unión Europea. Se aplica a los productos preempaquetados de inversión minorista y basada en seguros, y abarca una amplia gama de productos financieros, como fondos de inversión, productos estructurados, contratos de seguro de vida y determinados derivados.
Una de las principales herramientas introducidas por el reglamento PRIIP es el Documento de Información Clave (DIC). Este documento normalizado, de no más de tres páginas, está diseñado para proporcionar a los inversores minoristas una visión clara y concisa de las características clave del producto financiero. En concreto, el KID expone los objetivos del producto, los escenarios de rendimiento, los riesgos asociados y los costes que conlleva. La idea es ayudar a los inversores a comprender mejor los productos que compran, y facilitarles la comparación de las ofertas disponibles en el mercado.
Esta normativa es el resultado de numerosas críticas a la complejidad de los productos financieros y, en particular, a la dificultad de los inversores para comprender plenamente los riesgos asociados. Antes de los PRIIP, la información facilitada era a menudo técnica, no normalizada e incluso opaca. El KID pretende remediar este problema imponiendo criterios estrictos sobre la forma en que debe comunicarse la información.
Sin embargo, la aplicación de los PRIIP ha suscitado debate. Algunas voces, sobre todo del sector de la gestión de activos, han criticado la rigidez del KID y su capacidad para reflejar fielmente la realidad de los productos complejos. Se han debatido periódicamente ajustes de la normativa para mejorar la exactitud de la información, sobre todo en lo que respecta a la presentación de los riesgos y los escenarios de rendimiento.
En conjunto, los PRIIP representan un importante punto de inflexión en la protección de los inversores minoristas en Europa, ya que ofrecen un marco más transparente y normalizado para los productos financieros, al tiempo que aumentan la confianza de los ahorradores en sus inversiones.
