Más apoyo a la economía mundial

Por Dorval AM

Las autoridades chinas aprovecharon el contexto favorable creado por la bajada de tipos de la Fed para anunciar un plan “cueste lo que cueste” de apoyo al crecimiento. En Europa, la extensión de la desinflación aumenta el margen de maniobra del BCE, que probablemente acelere sus recortes de los tipos de interés.

En la última edición de sus previsiones económicas, la OCDE describe un escenario positivo de crecimiento mundial continuado del 3,2% en 2025, al igual que en 2024, un escenario basado en gran medida en las ganancias de poder adquisitivo posibilitadas por la desinflación y el efecto de unos tipos de interés más bajos. Pero en la mente de los inversores, la credibilidad de estas proyecciones sigue dependiendo en gran medida de la capacidad de las autoridades para contener el riesgo de sorpresas desagradables. La ralentización del mercado laboral estadounidense, la deflación inmobiliaria china, el virtual estancamiento europeo y la atonía de la industria manufacturera mundial exigen contramedidas.

Después de que la Fed recortara los tipos de interés en 50 puntos básicos el 18 de septiembre, le tocó a China tranquilizar a los inversores con un mensaje que se parecía mucho a un “cueste lo que cueste” para dar credibilidad a su objetivo de crecimiento de alrededor del 5% este año, y probablemente más del 4% el año que viene. Es posible que la bajada de tipos de la Fed haya acelerado el calendario de estos anuncios, gracias a su impacto positivo en la moneda china (gráfico 1). La subida del valor del yuan en las últimas semanas ha creado un entorno más tranquilo para el anuncio de un gran plan de reflación.

En este momento, nadie puede decir qué impacto tendrán estos anuncios en el crecimiento económico, pero por el momento, el mensaje prima sobre las cifras. Los especialistas en China están observando un verdadero cambio de tono por parte de las autoridades, que marca el final de un periodo de negación de los riesgos de contagio de la deflación inmobiliaria al resto de la economía. El banco central chino (PBOC) ha anunciado una serie de medidas de estímulo monetario y financiero a gran escala, como recortes de los tipos bancarios e hipotecarios y apoyo al mercado de valores (gráfico 2). También hay planes para reforzar el sector bancario. En cuanto al Politburó, se comprometió a tres puntos clave en una reunión excepcional tras los anuncios del PBOC. En primer lugar, se comprometió a hacer un mayor uso del presupuesto para medidas anticíclicas. Las filtraciones a la prensa china apuntan a emisiones de bonos del Estado por valor de unos 2 billones de yuanes (256.000 millones de euros) en los próximos meses. El gobierno también ha anunciado que quiere detener la caída de los precios inmobiliarios, en lugar de seguir organizando una “desaceleración ordenada”. Por último, las autoridades chinas pretenden inyectar ingresos directamente en los hogares pobres y de clase media, para impulsar el consumo.

Con el crecimiento chino contribuyendo a cerca de un tercio del crecimiento mundial, estos anuncios son, por supuesto, importantes. Habrían sido bastante inoportunos hace un año, cuando el resto del mundo luchaba contra una inflación excesiva, pero ahora están estabilizando la economía y las finanzas mundiales.

Para las multinacionales europeas, incluidos los valores de bienes de lujo por supuesto, pero no sólo, esto es obviamente un alivio: por término medio, China representa alrededor del 20% de las ventas de los grupos del EuroStoxx 50, lo que explica por qué los índices europeos se están beneficiando más de la reflación china que los índices estadounidenses.
El efecto es tanto más potente a corto plazo cuanto que los inversores se habían vuelto muy pesimistas sobre la demanda china. Para ir más lejos en la renta variable europea, más allá del EuroStoxx 50, también habrá que reforzar el apoyo interno, ya que la economía europea ha mostrado algunos signos preocupantes en los últimos meses. Sabemos que la política fiscal no tiene ninguna posibilidad de proporcionar este apoyo, lo que deja al BCE como único maestro a bordo. En este sentido, las buenas noticias proceden de las cifras de inflación de septiembre en Francia y España (gráfico 3). La inflación cayó muy por debajo del 2% (1,2% en Francia y 1,5% en España), y la desinflación se extendió al sector servicios. Estas cifras refuerzan el escenario de apoyo al consumo mediante aumentos del poder adquisitivo, e implican que el BCE dispone ahora de un mayor margen de maniobra para combatir las fuerzas recesivas europeas. Esperamos que el BCE acelere el ritmo de recortes de tipos en los próximos meses, situando los tipos del mercado monetario en la franja del 2% al 2,5% ya en el primer trimestre de 2025, como esperan los mercados. Al igual que la Reserva Federal estadounidense, el BCE tiene ahora vía libre para elaborar una política plenamente estabilizadora, sobre todo porque los precios del petróleo siguen siendo bajos a pesar de la recuperación china. Por tanto, en nuestras carteras flexibles mundial y europea, mantenemos nuestra sobreponderación en renta variable.