Mercados financieros: vuelta a la calma

Por Auris Gestion

Tras las dos últimas semanas turbulentas, los inversores parecen estar volviendo a consideraciones más positivas, dejando atrás el pesimismo extremo que se apoderó de los mercados financieros tras el último informe de empleo estadounidense.

Las cifras macroeconómicas publicadas la semana pasada al otro lado del Atlántico han disipado los temores a un aterrizaje brusco de la economía estadounidense y son más favorables al “punto dulce” que ha prevalecido desde principios de año: una inflación a la baja en un contexto de aterrizaje suave de la economía y un mercado laboral que sigue resistiendo.

En cuanto a la inflación, el informe de julio cayó por debajo de las expectativas del consenso por tercer mes consecutivo, confirmando la normalización gradual de la inflación. Aunque, como escribimos en nuestra reunión del lunes 15 de julio, este proceso ya no está en duda, pues el mercado se centra más en la salud de la economía, sigue siendo una buena noticia y debería permitir a la Fed empezar a recortar los tipos en septiembre. ¿Es esto suficiente para argumentar a favor de un recorte inicial de 50 puntos básicos? Nada es menos cierto. De hecho, aunque las tres últimas variaciones mensuales del índice de precios son compatibles con el objetivo de inflación del 2% de la Fed y están muy por debajo de la tendencia observada a principios de año, los últimos datos detallados de julio son ligeramente menos favorables que los de junio, con un nuevo aumento mensual de la dinámica de precios de los alquileres y los servicios básicos. Dado que los precios de los bienes llevan varios meses contribuyendo negativamente a la inflación, tarde o temprano los servicios tendrán que recuperar el terreno perdido si queremos seguir viendo una caída del índice de precios, que ahora se sitúa en el 2,9% interanual para la inflación general y en el 3,2% para la subyacente (ambas con un descenso del -0,1% en julio).

En cuanto a la economía estadounidense, los temores de recesión se han aliviado en parte con la publicación de las ventas al por menor, que superaron con creces las expectativas y aumentaron bruscamente en julio (tanto en valor como en volumen), aunque este repunte se debe principalmente a una recuperación de las ventas de automóviles, que se vieron afectadas en junio por un ciberataque a los programas informáticos utilizados por los concesionarios de automóviles. No obstante, los hogares estadounidenses siguen beneficiándose de un aumento de los ingresos reales (con unos salarios que suben más deprisa que la inflación), lo que debería seguir apoyando el gasto y contribuir a un aterrizaje suave de la economía. Por último, en el mercado laboral, las solicitudes semanales de subsidio de desempleo también sorprendieron al alza, confirmando que el mercado laboral se está relajando, con la contratación ralentizándose pero los despidos siguen siendo bajos.

Por tanto, las estrellas parecen estar alineadas para que la Fed recorte los tipos. Jerome Powell, que intervendrá esta semana en el tradicional simposio de Jackson Hole, podría al menos dar algunas pistas sobre la futura postura de la Fed.