Mercados financieros: ¡Vuelve el optimismo!

Por Veintiséis Patrimonio

En los últimos meses, los mercados financieros han fluctuado salvajemente, influidos por la evolución de los datos económicos y las decisiones de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Con la caída de la inflación y los indicios de desaceleración económica, muchos inversores se preguntan cómo podría ajustar la Fed su política monetaria y qué impacto podría tener esto en los mercados. En el dossier de esta semana, exploramos las implicaciones de estos acontecimientos recientes y lo que podrían significar para el futuro de los mercados financieros.

1. La recuperación del mercado se apoya en dos factores: una inflación más suave y mejores datos económicos.

La inflación, que dio motivos de preocupación a principios de año con cifras superiores a las previstas, está empezando a bajar, sorprendiendo incluso a los expertos.

La semana pasada se publicaron las cifras de la inflación estadounidense de julio, y fueron inferiores a lo esperado. El índice de precios de producción (IPP) subió un 2,2% interanual, frente a unas expectativas del 2,3%. Del mismo modo, el índice de precios al consumo (IPC) subió un 2,9%, frente a unas previsiones del 3,0%. Se trata de la lectura del IPC más baja del año.

Un examen más detallado del IPC muestra que los precios han bajado en varios ámbitos, como los alimentos (cereales, productos de panadería), la ropa, los vehículos nuevos y usados, e incluso los billetes de avión. Sin embargo, algunas áreas siguen siendo caras, como la vivienda y los alquileres, así como el seguro del automóvil. Aunque los precios de la vivienda bajan lentamente, es probable que lo hagan en los próximos meses. Del mismo modo, los precios de los seguros subieron mucho el año pasado, pero es probable que esta tendencia se ralentice.

En resumen, los datos de inflación de esta semana son una buena noticia para los consumidores y para la Reserva Federal de EEUU (la Fed), que tiene como objetivo una inflación del gasto en consumo personal (PCE) del 2,0%. Según las previsiones actuales de la Fed, la inflación del PCE debería caer a menos del 2,6% en julio, lo que está en línea o incluso por debajo de las previsiones realizadas en junio, que preveían un 2,6% para el PCE general y un 2,8% para el PCE subyacente (excluidos alimentos y energía) para finales de año.

Datos económicos mejores de lo esperado

A principios de agosto, los mercados cayeron bruscamente por el creciente temor a que la economía estadounidense entrara en recesión. Este sentimiento fue desencadenado principalmente por el informe sobre el empleo estadounidense de julio, que mostró una desaceleración en la creación de puestos de trabajo y una tasa de desempleo del 4,3%, mayor de lo esperado. Desde entonces, sin embargo, una serie de indicadores económicos han resultado más positivos, sugiriendo que la economía se está ralentizando sin entrar inmediatamente en recesión.

Uno de los indicadores más llamativos fueron las cifras de ventas minoristas de la semana pasada, que mostraron que los consumidores estadounidenses siguen gastando. El crecimiento mensual de las ventas al por menor alcanzó el 1%, muy por encima de las previsiones del 0,4% y del -0,2% del mes anterior. Este aumento del gasto se observó en 11 de las 13 categorías principales, con un fuerte repunte de las ventas de automóviles. Al final de la semana, el índice de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan también fue sólido, alcanzando 72,1 frente a las previsiones de 68,5. Estos datos demuestran que los consumidores estadounidenses siguen confiando en sí mismos y continúan gastando.

Otro indicador importante, que se publica cada semana, es el número de nuevas solicitudes de prestaciones por desempleo en Estados Unidos, que da una imagen en tiempo real de la salud del mercado laboral. Este indicador cobró especial importancia tras el débil informe de empleo del mes pasado. La buena noticia es que, tras alcanzar un máximo de 250.000 hace quince días, las solicitudes han descendido de forma constante, llegando recientemente a 227.000. Esto ha tranquilizado a los inversores, que temían un aumento continuado de las solicitudes y un rápido deterioro del mercado laboral. En cambio, los datos parecen estabilizarse a medida que nos adentramos en la segunda mitad del tercer trimestre. El próximo informe de nóminas no agrícolas de EEUU se publicará el 6 de septiembre, y proporcionará una nueva evaluación de la salud del mercado laboral antes de la reunión de la Fed del 18 de septiembre.

2. ¿Cuál es el impacto sobre la Reserva Federal y los mercados?

La historia de la Reserva Federal

Una cuestión crucial para los mercados en este momento es si los datos recientes sobre la inflación y la economía influirán en las decisiones de la Reserva Federal sobre los tipos de interés. En nuestra opinión, la caída de la inflación, combinada con la creciente incertidumbre en torno al mercado laboral, prepara el terreno para que la Reserva Federal empiece a recortar los tipos en la reunión del FOMC del 18 de septiembre, desde los niveles actuales del 5,25% al 5,5%. Aunque algunos han especulado con un recorte mayor, del 0,50% en lugar del tradicional 0,25%, creemos que los mejores datos económicos recientes no justifican la urgencia de un ajuste más radical.

También conviene recordar que la Reserva Federal se reunirá en su simposio anual en Jackson Hole del 22 al 24 de agosto, con un discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell, previsto para el viernes 23 de agosto. Históricamente, la Fed utiliza esta reunión para señalar cambios de política, y podríamos oír a los funcionarios de la Fed insinuar un posible cambio en la reunión del 18 de septiembre. La Fed también podría esbozar las tendencias de la inflación y del mercado laboral, y si éstas la acercan al inicio de un ciclo de recorte de tipos. Aunque los mercados esperan de dos a tres recortes de tipos este año, cualquier confirmación o señal de la Fed sería bien recibida.

Perspectivas de los mercados

Los mercados han acogido claramente con satisfacción la caída de la inflación y unos datos económicos mejores de lo esperado en los últimos días. Los mercados financieros se recuperaron tras la venta masiva del 5 de agosto, con el S&P 500 repuntando más de un 6,5%, y el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, que había caído hasta el 3,66% durante la volatilidad del mercado, volvió a subir hasta alrededor del 3,9%, señal de un retorno de la confianza en la economía en general.

Además, el índice de volatilidad VIX, a menudo denominado “barómetro del miedo” de Wall Street, que había subido a 65 el 5 de agosto, su nivel más alto desde 2020, volvió a caer por debajo de 15, en línea con la media del año pasado.

El reciente repunte bursátil ha vuelto a estar liderado por los sectores tecnológico y de crecimiento, que también fueron los más afectados durante la reciente recesión. A medida que nos acercamos a un periodo de recortes de tipos por parte de la Fed, y a medida que la inflación sigue moderándose y el crecimiento de los beneficios se extiende a otros sectores más allá de la tecnología y el crecimiento, creemos que podría surgir de nuevo una diversificación del liderazgo del mercado. Aunque el tema de los últimos 18 meses ha sido el liderazgo estrecho (con la tecnología de gran capitalización a la cabeza), vemos los próximos 18 meses como de diversificación, con carteras que incluyan tanto segmentos de crecimiento como de valor/cíclicos que estén funcionando bien. Seguimos favoreciendo la renta variable de gran y mediana capitalización, y creemos que sectores como el industrial y los servicios públicos seguirán recuperando terreno frente a la tecnología y las áreas impulsadas por la inteligencia artificial.

En resumen, la historia demuestra que si la Reserva Federal recorta los tipos de interés y la economía se mantiene (es decir, un “aterrizaje suave”), los mercados pueden seguir funcionando bien en este entorno. Aunque reconocemos que las fluctuaciones del mercado son normales, especialmente a medida que nos acercamos a los meses estacionalmente más débiles de septiembre y octubre y a las elecciones estadounidenses, vemos estos periodos de volatilidad y retrocesos como oportunidades, especialmente si las tendencias de la inflación siguen mejorando y el crecimiento económico, aunque se ralentice, sigue siendo positivo.