Por Dorval AM
El aumento de los riesgos en Oriente Medio en pleno mes de octubre -supuestamente un mes aciago- despierta inevitablemente los temores de los inversores. Esta es una oportunidad para señalar que el miedo a los “cisnes negros” es paradójicamente la razón por la que los mercados de renta variable ofrecen rendimientos tan atractivos a largo plazo.
Desde el crack bursátil de 1929 (del 24 al 29 de octubre), octubre ha adquirido muy mala reputación entre los ahorradores. Las experiencias de 1987 (lunes negro del 19 de octubre) y 2008, cuando la bolsa perdió casi un 20% en octubre tras la quiebra de Lehman Brothers, no han hecho sino alimentar la leyenda. Desde 1970, el mercado bursátil se ha tambaleado seriamente en octubre en cinco ocasiones (1979, 1987, 1997, 2008 y 2019), con caídas que oscilan entre el 5% y el 20% para el MSCI World en dólares (gráfico 1). De media, sin embargo, el MSCI World ha subido un +1% en octubre desde 1970, con una desviación típica de más o menos un 6% respecto a esta media. En siete ocasiones, el mercado ha subido más de un 7%.
A finales de mes, veremos cuál es la clasificación de octubre de 2024. Pero los crecientes riesgos en Oriente Medio, con Israel preparando al parecer un gran ataque contra las instalaciones petrolíferas iraníes, están poniendo comprensiblemente bastante nerviosos a los inversores. La caída de los precios de la energía desde la primavera proporcionó un útil estabilizador automático durante este periodo de incertidumbre sobre la economía mundial. En este momento, la subida de los precios del petróleo sigue siendo muy modesta (gráfico 2), pero todo dependerá de hasta dónde lleguen los acontecimientos y de la reacción de los países árabes. La mayoría de los comentaristas geopolíticos no creen que el conflicto vaya a extenderse ampliamente, pero ¿quién sabe?
Los malos recuerdos de ciertos octubres y las actuales tensiones geopolíticas nos traen inevitablemente a la mente la forma en que la mayoría de los inversores ven el mercado de renta variable: un mercado muy volátil en el que a veces se puede perder mucho dinero en pocos días. Esto es innegablemente cierto, pero la frecuencia y duración de estos acontecimientos negativos se sobreestiman considerablemente.
De hecho, ésta es una de las razones por las que la renta variable se comporta tan bien a lo largo del tiempo: los inversores valoran los mercados de renta variable como si estos riesgos fueran mucho mayores de lo que son en realidad. Este tema -el enigma de la prima de riesgo de la renta variable- ha sido ampliamente estudiado por los especialistas desde un famoso artículo publicado en 1985 por Rajnish Mehra y Edward C. Prescott. Según ellos, la prima de riesgo teórica de la renta variable con respecto a la renta fija debería ser inferior al 1%, mientras que históricamente la renta variable ha rendido entre un 3% y un 6% más al año que la deuda pública de media a largo plazo. En 1988, Thomas Rietz -de quien se hizo eco en 2005 el economista Robert Barro- sugirió que el nivel anormalmente alto de la prima de riesgo de la renta variable podría explicarse en parte por el miedo a acontecimientos muy raros pero extremadamente graves, como depresiones económicas y guerras mundiales.
Conclusión: mientras las tensiones mundiales no se conviertan en una catástrofe económica y financiera duradera, los inversores en renta variable se benefician de una prima de riesgo excesiva y, por tanto, son los grandes ganadores en comparación con los inversores en renta fija y en el mercado monetario. Esto es lo que venimos observando desde el comienzo de esta década tan turbulenta. A pesar de Covid, la guerra de Ucrania, la inflación, la fuerte subida de los tipos de interés y las tensiones geopolíticas y comerciales, la renta variable mundial (+70%) e incluso la europea (+45%) han superado a todos los demás activos líquidos tradicionales, y han subido mucho más deprisa que la inflación (gráfico 3). Sólo el oro compitió con la renta variable durante este periodo. A pesar de este excelente comportamiento de los mercados de renta variable, la prima de riesgo prospectiva de la renta variable sigue siendo prometedora en general en comparación con la deuda pública, según nuestros cálculos, con un +2,9% para el S&P 500, un +3,5% para el MSCI World, un +4,7% para el MSCI World Equal Weighted y … un +7,1% para el EuroStoxx 50.